Cuando el pasaje del cometa se acerca, en el transcurso de ese día, la Tierra empezará a gemir y gemir, resistiéndose al cambio estando todavía inclinada. Cuando el cambio comienza a suceder, simultáneamente, se dan los puntos de presión y rasgaduras, con alivio de tensión en otra parte del planeta. Sin embargo, no hay movimiento o cambio de la corteza hasta que se alcanza el umbral, y así la semana en que se detiene la rotación, aumentan los gemidos y quejidos de la Tierra hasta que ocurre el chasquido y el cambio de polos. El propio cambio de polos causará que la placa real se rasgue, abroche y se hunda, poniendo todas las cosas en movimiento. Para ese momento, hay primeramente, evidencias de presión y tensión, con puntos donde ocurren hundimientos junto con calentamiento general, y puntos donde habrá lágrimas por estiramientos. Dado que ese estiramiento está bajo agua, en puntos como los que orillan el Atlántico, esa tierra se hundirá bajo el agua durante varios minutos, incluso durante horas, antes del cambio. Donde el hundimiento esté en tierra, los residentes experimentarán un calor creciente, incluso antes de que ocurra la substracción real y se produzca fundimiento de rocas. Pero hasta el momento del cambio real, la tensión se sostiene, y la Tierra gime en su agonía.