La construcción de montañas ocurre durante la substracción
rápida de una placa bajo la otra. Hay fricción entre las
placas, por lo que ocurre un rizado de la placa superior. Este rizado representa
la presión y la liberación que puede resultar en tirones
violentos y levantamientos, a veces para crear nuevos precipicios o salientes
de roca. Ese amontonamiento de los platos superiores en ese momento, se
llevarán a cabo con esfuerzo y fuertes golpeos, y escazamente habrá
algún lugar por donde colgarse. La substracción puede liberar
presión empujando hojuelas de tierra que se separan de los estratos
más bajos hacia adelante. Empuje un bloque de madera contra algún
pan dulce de hojaldre, y mire la superficie que se divide en hojuelas y
mire cómo estas hojuelas simplemente vuelan hacia adelante, separandose
del pan dulce. Este empujón puede ser súbito y como un proyectil,
con las hojuelas de piedra chocando de nuevo hacia abajo. La presión
y liberación también pueden crear que la tierra se arrugue
donde la tal actividad no es esperada.
La tierra que existe en una región donde una falla forza una
placa contra la otra, experimenta un temblor violento, pero las placas
se liberan rápidamente unas de otras y se deslizan. Pero más
lejos del linea de la falla, donde el surgimiento de la presión
se tarda, la presión y liberación ocurren en unos momentos
más, en lugar de un solo movimiento violento con tirones. Así,
esos puntos donde se construyen montañas y que están lejos
de la falla, realizan más daño a los habitantes que el daño
que hacen a la propia falla.